Casi diez meses después del emocionante oro que logró en los Juegos de París, Novak Djokovic regresó a la Philippe Chatrier para endosar un triple 6-3 al estadunidense Mackenzie McDonald (98º), en primera ronda de Roland Garros en una jornada marcada por un tiempo desagradable.
Panorama opuesto al de aquella calurosa y soleada tarde de agosto en la que superó por los pelos a Carlos Alcaraz para completar el mejor palmarés de la historia del tenis.
Con el ceño fruncido afrontó una tarde fresca de densas nubes, rachas de viento y gotas de lluvia. Abrigado con una camiseta interior de manga larga por debajo de su polo rojo, completó una faena de batalla para imponerse a un jugador incómodo en el polvo de ladrillo.