El campamento que desde el pasado 9 de septiembre se extendió en Río Grande, Texas; y Ciudad Acuña, Coahuila, dejó de existir la tarde de ayer. Las y los migrantes haitianos que aún permanecían del lado mexicano fueron convencidos de trasladarse a un nuevo punto.
Fue un día de tensión, pues desde la mañana policías llegaron a hacer un censo de las personas que quedaban acampando en el parque Braulio Fernández en la frontera entre Coahuila y Texas. El cálculo arrojó 130 hombres, 52 mujeres y 48 menores de edad.
Después del conteo las personas migrantes se relajaron. Sin embargo, eso terminó con el arribo de Felipe Basulto, secretario del Ayuntamiento de Acuña y personal del Grupo Beta del Instituto Nacional de Migración que llegaron acompañados con Nicole, una migrante haitiana que fungía como traductora. Pensaron que la estaban obligando a pedirles que salieran de ahí.