Credibilidad o Confianza

¿Creer o confiar?

Cómodamente apoltronado en su sillón de uso notoriamente poseído por el desgaste de tiempos intensos y prolongados de uso, mudo testigo de rituales recurrentes de concentración intelectual en la fecunda fatiga académica, por cierto nunca exenta de los placeres altamente gratificantes de la productividad imperdible del ejercicio cotidiano de la inteligencia, orgulloso profesional al servicio de la interpretación de los complejos meandros de la política, descifrador de los misterios y las irracionalidades de un gremio -los políticos y sus partidos- verdaderamente poco querido en un país confundido por razones históricas y sociales en el torbellino del odio populista, transitando el peligroso camino que lamentablemente pudiera llevarnos de la democracia, pasando como etapa intermedia al referido populismo autocrático y de ahí al fascismo tropical, viendo directamente a los ojos del interlocutor, asiduo practicante también del placer de la Conversación, afirma “… Habitamos una democracia sin demócratas, intervenida y desamparada, vacía, regalo de la clase política a la ciudadanía, a la cual exhorta en la vía de los hechos a ejercer su derecho al voto “inútil”…” “…Una democracia sin demócratas ni partidos, intervenida y desamparada por dirigentes y candidatos, así como por autoridades gubernamentales, judiciales y electorales, el obsequio de la clase política a la ciudadanía, a la cual exhortan a no dejar de ejercer con “puntualidad cívica” su derecho al voto “inútil”…”

 

Teniendo como fondo de su cubículo, verdadero templo de culto a la sabiduría humanística clásica y siempre actual, sorbiendo un humeante café de manera desprolija, se expresa de manera contundente, enmarcando su posición intelectual de manera general, “…De ese tamaño es el monumento a la democracia hueca que se construye en México con denuedo siniestro por parte de la élite política. En la lucha descarnada por el poder, protagonizada por aquel elenco, se han perdido el sentido, los roles, los referentes e, incluso, la mesura y el pudor…” “…Cual más, cual menos de los personajes involucrados debida e incluso indebidamente en el proceso electoral han hecho de la contienda una trifulca que rebasa el límite marcado por la propia democracia, el Estado de derecho e, incluso, la prudencia. En esa condición, las diferencias sujetas a resolución civilizada en las urnas sólo amenazan con profundizarse cada vez más…”” … La relación entre los partidos y sus candidatos, incluyendo los formalmente llamados representantes populares, amparados por el discurso insultante que proviene de la demagogia populista practicada hasta la náusea, es definida por una semántica de conceptos memorables: carroñeros o asesinos, golpistas o tiranos, entre otros…”

Enlazando las manos biográficamente cultivadas de intelectual, se aproxima de modo decidido al escritorio amplio y cubierto de libros de recientes ediciones, nos confiesa, “…El debate reciente es una muestra de la lógica del teatro y la ausencia de las prácticas de deliberación pública, lo que habría que observar es el lugar desde el cual se enuncia el discurso y por lo tanto su posible o imposible credibilidad ante las audiencias en disputa electoral, sin embargo, justamente el asunto clave radica en este hecho, los discursos, de buena, mala o regular calidad, nada son si no tienen el indispensable respaldo intelectual y moral de un desempeño público avalado por la congruencia y la ausencia de prácticas corruptas o mañosas…”

“…En este sentido, de los candidatos a la presidencia municipal de Ciudad Juárez, con respeto a todos los personajes involucrados, se destacan dos nombres que no tienen el estigma de problemas con procesos legales o penales que les marquen su credibilidad en lo ambicionado en el servicio público: Adriana Fuentes y Javier González Mocken. Ambos personajes, figuran en las ponderaciones de medición de intenciones de votos como los mas viables para acceder a la presidencia municipal de esta ciudad fronteriza, por supuesto, tomando en cuenta que no les persigue la sombra de conductas corruptas…”

“… Adriana Fuentes es una empresaria que manifiesta rápido aprendizaje político y que parece ser bien percibida por la opinión pública juarense, exitosa y efectiva en sus actividades sociales, su condición de mujer le da en estos tiempos de perspectiva de género un plus en su aspiración actual. Javier González Mocken es un político probado por la experiencia y un académico de formación y desempeño, tampoco perseguido por indicadores de corrupción y desprecio social, al menos en las sospechas o francas certidumbres de la opinión ciudadana…”

“…Honestidad, decencia y credibilidad, son los pilares éticos de una práctica política que otorgue una aceptación colectiva para la delegación de poder en los personajes implicados en las disputas institucionales y electorales, por supuesto que no tengan el tufo de corrupción, servilismo y clientelismo mafiosos, realmente despreciables…”

“…Los políticos pueden generar en los grupos que los apoyan dos tipos fundamentales de creencia, por un lado, la confianza, por otro la credibilidad. No coinciden necesariamente, se puede tener confianza grupal a través de las clientelas que respaldan y avalan conductas de corrupción, sabidas o no, que tipifican al político inescrupuloso amparado en las diversas transas que le han dado rentabilidad sucia a la administración pública o a las actividades congresionales, entre otras. La credibilidad implica un tipo de apoyo que se sostiene a partir de la contrastación pública permanente entre lo que se dice y lo que se hace, la valoración de una trayectoria de efectiva responsabilidad que es ciertamente una actitud informada de la ciudadanía en la delegación del poder a través de las urnas…”

“… Es una realidad contundente que Ciudad Juárez es un permanente escenario en el cual los entes políticos del entorno exhiben sus apetitos incontrolados, la voracidad de las facciones partidistas es repulsiva “… Ciertamente, la idiotez de las ambiciones incontenidas de poder avanza con paso acelerado, ante ese pavoroso hecho, la gente se pregunta con sentido de urgencia, ¿Hay manera de librarnos de la inducción desgastada de las preferencias basada en las ya no tan alabadas técnicas de marketing? ¿Cómo sobreponernos a la falta de opciones reales y a la manipulación mediática? …” “…Contaba recientemente un amigo intelectual una chispeante anécdota, afirmando que hacía algunos años le había tocado escuchar a dos mujeres hablar sobre las elecciones de su país; ninguna tenía por quién votar, pero la más decidida dijo: “Voy a usar la misma aplicación que me ayudó a elegir a mi mascota…”

“… Como otros disparates, esa frase obligaba a pensar. Para elegir a un animal de compañía no hay que saber de razas. Otra ventaja es que los cuestionarios que ayudan a resolver ese enigma no se basan en manipulaciones interesadas. Lo decisivo no es conocer las costumbres del pájaro o el perro en cuestión, sino de la persona que debe darles de comer…” “…Elegir a una mascota implica un sincero autoanálisis. ¿Podemos aplicar este criterio en las urnas? Un amigo psicólogo piensa que es posible: “No se trata de buscar a un “cocker spaniel”, sino al murciélago de Wuhan, que transmite coronavirus, pero poliniza la naturaleza”, dijo con pragmatismo…” “… Falta saber quién es tan bueno como un murciélago…”

Sin embargo y por encima del escepticismo irónico legítimo, es imprescindible que salgamos a votar, observemos con escrúpulo ciudadano las perspectivas diferentes entre lo confiable y lo creíble.

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