Cruz Azul ganó en la ida de los octavos de final al Forge de Canadá por 1-0 gracias a un gol de Rómulo Otero, con la ayuda del viento que desvió su efecto y destanteó al arquero Triston Henry.
La Máquina, que ofreció el partido con un equipo entre titulares y suplentes para dar rotación a todo el plantel, se sorprendió del férreo juego del Forge.
Incluso, un disparo de Tristan Borges encendió las alarmas en la Máquina que entendió desde ese momento que no debía a tomarse con tranquilidad el juego.
Sin embargo, para calmar los ánimos, Rómulo Otero cobró un tiro libre desde más de 25 metros y el esférico tuvo un movimiento por el fuerte viento que sopló en Hamilton, lo que cambió la trayectoria para el portero.
El Forge intentó recuperarse, sobre todo en los balones detenidos y en tiros de esquina, pero su puntería fue contraproducente para sus intereses cuando pudo haber empatado.