Bélgica se enfrenta esta semana a una ola de frío de origen ruso que afecta a la mitad norte de Europa y que llevará a los termómetros a caer hasta los -15 grados centígrados en algunos puntos del país.
Las temperaturas descendieron drásticamente el domingo, con algo de nieve, y han seguido bajando durante la noche, de forma que se espera que en la noche del lunes Bruselas llegue hasta -9 ºC.
Bélgica no ha llegado a esas temperaturas desde el invierno de 2018, cuando se llegaron a anotar una temperatura máxima de -2 grados y una mínima de -18, récord desde el inicio de las mediciones en 1901 y rompiendo el récord precedente de 1904.
«El tiempo será frío con un cielo todavía bastante nublado. Se producirán algunas nevadas, en general importantes. El máximo varía entre -5 grados en el sur del norte del país y 0 grados en Gaume (sur)», indica el parte del Instituto Real de Meteorología de Bélgica.
Pese a las alertas por hielo en las carreteras, especialmente en Flandes (norte), la zona más afectada del país junto con la céntrica Bruselas, no se han producido grandes perturbaciones en el transporte.
«Nuestros equipos están haciendo todo lo posible para limpiar las pistas de hielo y nieve, y descongelar todos los aviones lo más rápido posible. Sin embargo, siguen existiendo posibles retrasos», indicó en Twitter el Aeropuerto de Bruselas.