Absorto en el caudal infinito de los temas del día, amparado en un escritorio que todavía exhibe las reliquias de periódicos impresos y también los siempre imprescindibles libros físicos que jamás deberían pasar de moda, estimulado por el especialmente sabroso y reconfortante café matutino, se enfrasca con vehemencia verbal en expresar una conjetura politológica que parece ir acorde con los tiempos normalizadores del absurdo, sustentados en el desastre comunicativo de las fake news así como en el incontenible enjambre digital imperante.
Se adentra en la voracidad del tiempo político mexicano, “…AMLO realmente necesita tiempo, de ahí lo que expresó textualmente, lo cual por cierto quizá no es garantía de elemental veracidad: “Nosotros tenemos muchos prospectos, después los refirió con su habitual torpeza verbal como “corcholatas”, si no fuera así, entonces nos veríamos incluso en la necesidad de justificar la reelección”…” “…Pues efectivamente, quizá dada la índole presidencialista del personaje, no es inverosímil que lo que en su subconsciente busque sea encuadrar el clamor populista que le es consustancial, para generar opinión pública masiva que exija su imprescindible presencia para asegurar continuidad a su política teológica de lo que el discurso oficial entiende por “Cuarta Transformación”…”
“…El tabasqueño no se propone tanto la consecución de un “Maximato a la Macuspana”, sino en ambición descontrolada encumbrar una transfiguración mesiánica, destinada a salvaguardar el destino nacional, gracias al providencial “Mesías de la patria”; en ese sentido, la brutal y prematura exposición sucesoria de lo que con actitud inescrupulosa denomina sus “corcholartas”, donde figuran los apellidos Ebrard, Sheinbaum, De la Fuente, Clouthier, Nahle y los que el desprecio soberbio autoritario acumule, pareciera tan sólo ser una enrarecida actitud de solipsismo o autismo político para contrastar el enanismo de las miserables “corcholatas” en relación a su “destapador” que les dota de vida artificial, jugueteando con sus no menos patéticas ambiciones a heredarlo…”
“…AMLO necesita obsesivamente recuperar el “cielo perdido” en las elecciones de Julio de 2021, especialmente en la lección dada por los resultados arrojados por la inteligencia política y su reflejo electoral de parte decisiva de la Ciudad de México…” “…Hoy el tabasqueño es un político más habitante de la “mundanal tierra electoral”, no es más el “Mesías” de los cacareados hasta la náusea 30 millones de votos del 2018, hoy le es imposible avanzar en una lógica pretenciosa de un populismo demagógico que le acercara a un plano autocrático como el teológico político que su febril mesianismo concibió…”
“… En el escenario de estos personajes de la carpa política mexicana, AMLO necesita disponer como el “gigante” que su embeleso le hace alucinar, de un grotesco engendro de “enan@s” para contrastar su despreciable narcisismo megalomaníaco, en relación a unos míseros liliputienses que adoran sus más diversos humores,con el servil y confuso ánimo de poner en perspectiva una “herencia” que el tabasqueño jamás ha concebido como realmente posible, este personaje en el fondo se concibe insustituible,solamente concibe su inevitabilidad patriótica para consumar la épica heroica, providencial, del acceso casi bíblico de “su pueblo” al reino de la felicidad;los no tan ingenuos “enan@s” solamente son el pobre espejeo de lo que el mesías ha dado como piedad humillante a aquellos que reptan en actitud cotidiana servil para merecer lo que jamás tendrán, el linaje hereditario de un poder que no se autoconcibe como democrático, sino fundamentalmente como producto de la mano de Dios…”
“…Este asunto del “destape” en el proceder del tabasqueño que hoy monopoliza Palacio Nacional, es una “innovación” respecto a lo que fue la práctica del PRI de los tiempos de gloria corporativa y tradicional, es decir, el presidente priista correspondiente ”destapaba” a quien sería su heredero en la silla presidencial, esto es, incluso en los intentos reales o potenciales de “Maximato” existía la noción de la sucesión política hereditaria, hoy AMLO exhibe de manera grotesca a sus supuestos sucesores no tanto para heredarles sino pareciera mas bien para contrastarles con su imprescindible grandeza y paternidad mesiánica,provocando de tal manera la “justificación de la reelección” en la textualidad de sus propias palabras…”
“…En otras palabras, en la reconditez de su megalomanía narcisista, AMLO realmente quisiera heredar a AMLO, lo único que realmente “oculta” esta intención es el discurso populista de quien hoy habita Palacio Nacional, que de manera ilustrativa y en forma ya directa una Revista prestigiada como “The Economist” refiere como “Cantinfleo” , puntualizando y tipificando un estilo expresivo en lo semántico y en lo sintáctico con intencionalidades pragmáticas populistas, es decir, con propósitos de manipulación política…”
“…Sin duda, esto que hoy presenciamos en la singularidad de un personaje político que parece no agotarse en sus dislates y ocurrencias, es una táctica perversa de dominio de su entorno de poder y sus sujetos a disposición, perversa por su “manoseo” de imágenes y trayectorias de funcionarios públicos transfigurados en títereslamentablemente exhibidos en la inmoralidad de una condición abyecta y servil por interés y complicidad propia, con los cada vez más burdos propósitos de escalamiento o “trepadurismo” político…” “…Todo esto también exhibe la burda actitud real de hacer y deshacer con la dignidad ciudadana, intentando una vez más y con todo desparpajo convertirla en simple audiencia de un teatro de actores y actrices que carecen de pudor o decencia para manifestar sus apetitos ya no contenidos de poder, incontinencia que se vierte sin control inteligente sobre una ciudadanía que prácticamente se ve de manera impune obligada a contemplar estos desfiguros anticívicos…”
“…Pues sí, en este festín ruin del “gigante” y sus “enan@s”, en el colmo lamentable del absurdo,contemplamos como ¡el presidente AMLO destapa como su potencial sucesor…al presidente AMLO!…”
Exótico mesianismo tropical.