China criticó los «métodos de gánster» de Estados Unidos después de la aprobación de nuevas sanciones contra empresas chinas, acusadas por Washington de recurrir a mano de obra forzada en la región de mayoría musulmana de Xinjiang (noroeste).
La Casa Blanca anunció el jueves que prohibía la importación de materiales para paneles solares fabricados por la sociedad Hoshine Silicon Industry e imponía sanciones comerciales a otras cuatro firmas.
En un comunicado, alegó que el uso de mano de obra forzada era parte del esfuerzo sistemático de Pekín para reprimir a millones de uigures -la etnia más numerosa de Xinjiang y mayormente musulmana-, una práctica que incluye, según Washington, torturas, violencia sexual y detenciones masivas en campos de trabajo.
China asegura que son «centros de formación profesional» para ayudar a la población a encontrar empleo y alejarse del extremismo islamista.
Las autoridades estadounidenses ya habían bloqueado la importación de productos capilares, algodón, piezas informáticas o material textil fabricado en esa región.