Durante su gobierno, Mauricio Macri (2015-2019) comenzó a llenar los juzgados de causas falsificadas, que se van cayendo por falta de pruebas, lo que permitió una persecución política que hasta hoy continúa en los medios de prensa de ese poder, y especialmente en la justicia, que instaló una mesa judicial, que sigue actuando.
El expresidente de la Corte Carlos Rosenkrantz, impuesto por Macri en 2016, junto con el actual presidente de esa institución judicial, Horacio Daniel Rosatti, que también preside por impulso propio el Consejo de la Magistratura, hoy están en la mira de la justicia. La Corte sigue funcionando con cuatro jueces.
Desde distintos sectores del oficialismo, de agrupaciones de abogados, juristas, sindicalistas y otros, se pide juicio político para Rosenkrantz, quien en una conferencia en la Facultad de Derecho en la Universidad de Chile dijo que “no puede haber un derecho detrás de cada necesidad”, evidente respuesta a una frase de Eva Perón, que aún escriben en las paredes los obreros y estudiantes y que dice: “de cada necesidad nace un derecho”.
Esto fue tomado como una enorme ofensa a la figura de Evita del vicepresidente de la Corte, quien manifestó su abierto antiperonismo, lo que es indebido en su cargo; al hablar del “populismo” negó las enormes desigualdades, rescatando el individualismo más grosero, y sosteniendo que hay que pensar en “el costo de las transformaciones y de cada derecho,” cuando aquí está instalado un debate profundo sobre el tema que plantea el peronismo de la distribución de la riqueza y la oposición defendiendo el proyecto neoliberal que llevó a este país a la mayor crisis de su historia.