El pasto donde los Jefes de Kansas City y las Águilas de Filadelfia definirán al próximo campeón de la NFL, ya está instalado en el State Farm Stadium de Phoenix, Arizona la sede del Super Bowl LVII.
Esta superficie, natural, no será la misma que usaron los Cardenales de Arizona durante la temporada regular. Se utilizará sólo ese día, y después será donada.
La NFL invitó a medios de comunicación para mostrar el terreno de juego, y se esperaba que se mostrara el campo totalmente terminado de pintar, con los logotipos de los equipos finalistas, y afuera del estadio, para ahí mismo, mediante lo rieles del estadio, poder mostrar cómo ingresaba, pero el clima lluvioso impidió que esto se pudiera llevar a cabo.