El exciclista británico Bradley Wiggins, ganador del Tour de Francia en 2012 y cinco veces campeón olímpico, admitió su adicción a la cocaína cuando se retiró como profesional y dijo ser «afortunado por estar aquí».
Wiggins precisó que dejó de consumir hace un año. «Mi hijo pensaba que un día me encontraría muerto en la cama. Era un adicto y la gente no se daba cuenta. Estaba drogado la mayor parte del tiempo», explicó al diario The Observer.