Buzos rusos iban a examinar el domingo los daños causados por una fuerte explosión en un puente de carretera y ferrocarril hacia Crimea, un imponente símbolo de la anexión de la península por parte de Moscú y una ruta de suministro clave para sus fuerzas que luchan en el sur de Ucrania.
A la explosión del sábado en el puente sobre el estrecho de Kerch siguieron mensajes de júbilo de funcionarios ucranianos, que, sin embargo, no reivindicaron responsabilidad.
Rusia no atribuyó de inmediato el origen de la explosión, que, según las imágenes, hizo volar la mitad de una sección de la calzada del puente, con la otra mitad aún en pie.
El viceprimer ministro ruso, Marat Khusnullin, dijo que los buzos comenzarían a trabajar por la mañana, y que se espera que un estudio más detallado por encima de la línea de flotación esté terminado al final del día, según agencias de noticias nacionales.