El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, anunció este jueves que su gobierno impulsará reformas legales para reforzar la lucha contra «quienes difunden el odio, la división y la radicalización», tras el atentado contra la comunidad judía del pasado domingo.
Albanese explicó que el fiscal general y el ministro del Interior comenzarán a trabajar en un paquete de medidas que incluirá la creación de un delito agravado de discurso de odio para predicadores y líderes que promuevan la violencia, así como el endurecimiento de las penas por expresiones de odio que inciten a actos violentos.
Entre las reformas previstas figura también la consideración del odio como factor agravante en la imposición de condenas por amenazas y acoso en línea, además del desarrollo de un sistema para incluir en listas oficiales a organizaciones cuyos dirigentes incurran en discursos de odio que promuevan la violencia o el odio racial.
El jefe del Ejecutivo añadió que el ministro del Interior, Tony Burke, contará con nuevas facultades para cancelar o rechazar visados a personas que difundan odio y división.
En paralelo, Albanese confirmó la creación de un grupo de trabajo de 12 meses para evaluar el sistema educativo australiano y asegurar que aborda de forma adecuada el antisemitismo.
Durante una comparecencia en el Parlamento, el primer ministro reiteró el «apoyo pleno» del gobierno a las recomendaciones de la enviada especial contra el antisemitismo, Jillian Segal, cuyo informe fue presentado en julio.
Albanese calificó el antisemitismo como «un mal que desgarra el tejido de Australia» y señaló que se ha registrado un aumento de ataques contra la comunidad judía en el país.
El Ejecutivo se comprometió a avanzar en la aplicación de las 13 recomendaciones del informe en consulta con la comunidad judía y con la enviada especial.


