Los equipos de rescate intentaban hallar supervivientes el lunes entre los escombros más de 48 horas después del terremoto más mortífero ocurrido en Marruecos en más de seis décadas, en el que murieron casi dos mil 500 personas y que devastó pueblos del Alto Atlas.
Equipos de búsqueda de España, Reino Unido y Qatar se unieron a los esfuerzos por encontrar supervivientes del sismo de magnitud 6.8 que sacudió el país a última hora de la noche del viernes, a 72 km al suroeste de Marrakech.
Muchos supervivientes pasaron una tercera noche a la intemperie, con sus casas destruidas o inseguras. El número de muertos asciende a dos mil 497 y el de heridos a dos mil 476, informó el lunes la agencia estatal de noticias.
En Imgdal, un pueblo situado a unos 75 km al sur de imgdh, las mujeres y los niños se acurrucaban por la mañana del lunes bajo tiendas improvisadas instaladas a lo largo de la carretera y junto a los edificios dañados. Algunos se reunían alrededor de una hoguera. Más al sur, un coche quedó aplastado por las rocas desprendidas del acantilado.
En el pueblo de Tafeghaghte, Hamid ben Henna describió cómo su hijo de ocho años murió bajo los escombros después de haber ido a buscar un cuchillo a la cocina para cortar un melón mientras la familia cenaba. El resto de la familia sobrevivió.
Dado que gran parte de la zona afectada por el sismo se encuentra en áreas de difícil acceso, aún no se ha podido determinar el impacto total. Las autoridades no han facilitado estimaciones sobre el número de personas que siguen desaparecidas.
En una carretera cercana a la ciudad de Adassil, no lejos del epicentro, el socorrista Ayman Koait intentaba despejar los desprendimientos de rocas que bloqueaban el tráfico.