AstraZeneca reconoció públicamente, por primera vez en un tribunal que su vacuna contra covid-19 puede tener un efecto secundario extremadamente raro, pero potencialmente mortal, la coagulación de la sangre.
La farmacéutica hizo la polémica revelación luego de una demanda colectiva de varios millones de dólares presentada por numerosas familias que afirman que ellos o sus seres queridos sufrieron lesiones graves o fallecieron como resultado de la vacuna «defectuosa”.
AstraZeneca, con sede en Cambridge, impugnó las acusaciones, sin embargo, admitió en un documento legal presentado ante el Tribunal Superior en febrero pasado, que su vacuna «puede, en casos muy excepcionales, desencadenar el síndrome de trombosis con trombocitopenia» (TTS).