Los fabricantes de armas de fuego de Estados Unidos produjeron más de 139 millones de armas para el mercado comercial durante las últimas dos décadas, incluyendo 11.3 millones solo en 2020, según un informe del gobierno.
Otros 71 millones fueron importadas en el mismo período, en comparación con solo 7.5 millones exportadas.
Ello evidencia que Estados Unidos está literalmente nadando en armas personales, que han provocado un aumento de la violencia armada, asesinatos y suicidios, de acuerdo con el informe del Departamento de Justicia.
El documento muestra que, si bien los estadunidenses se han convertido en los favoritos de los rifles de asalto semiautomáticos vistos en muchos tiroteos masivos, han comprado en masa las pistolas semiautomáticas 9 mm, cada vez más baratas, fáciles de usar y precisas, que ahora usa la mayoría de las fuerzas policiales.
Además, las autoridades se enfrentan a un aumento de las «armas fantasma» -no registradas, fabricadas en casa con piezas que pueden comprarse en internet y producirse con una impresora 3D- así como de pistolas y rifles de cañón corto que son tan potentes y letales como los rifles de asalto semiautomáticos.