El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó este lunes a parar la violencia en Sudán ya que el conflicto amenaza con propagarse por toda la región.
“La violencia debe parar. Se corre el riesgo de una conflagración catastrófica dentro de Sudán que podría envolver a toda la región y más allá», advirtió el jefe de la ONU en una intervención ante el Consejo de Seguridad, reunido a petición de Rusia, en una sesión dedicada al multilateralismo.
Guterres pidió “a todos los miembros del Consejo que ejerzan la máxima presión sobre las partes para poner fin a la violencia, restablecer el orden y volver a la senda de la transición democrática».
“Todos debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para sacar a Sudán del borde del abismo», agregó.
La violencia del país africano, de unos 45 millones de habitantes, se desató el 15 de abril por la pugna entre el ejército del general Abdel Fatah al Burhan, gobernante de facto de Sudán desde el golpe de 2021, y su rival, el general Mohamed Hamdane Daglo, líder de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), que ha dejado más de 420 muertos y más de 3.700 heridos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Tras condenar “con firmeza» los bombardeos indiscriminados de zonas civiles, así como los centros de salud, Guterres pidió a las partes beligerantes que cesen los combates en las zonas densamente pobladas y se permitan las labores humanitarias.
Los civiles deben tener acceso a los alimentos, el agua y otros productos básicos y evacuar las zonas de combate, dijo tras recordar que la ONU y las organizaciones humanitarias con las que trabaja están “reconfigurando» su presencia en el país para poder seguir “llevando ayuda a los sudaneses.
“Déjenme ser claro: la ONU no se está yendo de Sudán». “Nuestro compromiso es con los sudaneses» en “estos tiempos terribles», aunque precisó que había autorizado el traslado temporal tanto dentro como fuera del país de “algunos» miembros del personal de la ONU y a sus familias.