Alonso Ancira, conocido como el Rey del Acero, aceptó que pagó 2 millones de dólares a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto y que pagó 3 millones de dólares a Emilio Lozoya por una asesoría a unos meses de ser funcionario.
Sin embargo, dijo que no los sobornó, que con Peña perdió más de lo que ganó y que la venta de Agronitrogenados le convenía a México como negocio energético y al presidente como inversión política porque “es la forma más fácil de ganar una elección, si controlas los fertilizantes”.
En entrevista con Carlos Loret de Mola, Ancira se quejó de que el gobierno federal del presidente Andrés Manuel López Obrador le congeló las cuentas, se las liberó porque no encontró nada irregular y no le dijeron ni el famoso usted disculpe.
“No soy el Chapo como para merecer disculpa presidencial», comentó.