La explosión de una bomba el viernes en una de las mayores mezquitas del oeste de Afganistán causó la muerte de al menos 18 personas, entre ellas un influyente imán que había pedido decapitar a quienes cometieran «el más mínimo acto» contra el gobierno.
Imágenes publicadas en Twitter muestran lo que parecían ser cuerpos manchados de sangre esparcidos por la mezquita de Gazargah, en la ciudad de Herat.
Desde que los talibanes volvieron al poder el año pasado la violencia ha disminuido, pero varios atentados, dirigidos a comunidades minoritarias, han sacudido el país en los últimos meses, muchos de ellos reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Al menos 18 personas murieron y 23 resultaron heridas en la explosión del viernes, dijo Hameedullah Motawakel, portavoz del gobernador de la provincia de Herat, en un mensaje a los medios.
El portavoz del gobierno, Zabihullah Mujahid, confirmó que Mujib ur Rahman Ansari, el imán de la mezquita, estaba entre los fallecidos.