La actriz Nicole Kidman asegura que vivió su interpretación en el thriller erótico ‘Babygirl’ como “una odisea emocional y sexual”, en la película de Halina Reijn que pone sobre la mesa temas como el poder, la sexualidad y la resignificación de los roles de género.
Kidman, de 57 años, interpreta a Romy, una empresaria, madre y esposa ejemplar que estando en la cima del éxito se adentra en una inesperada dinámica sexual de poder con Samuel, un misterioso joven becario de la compañía que lidera, a quien da vida Harris Dickinson (‘El Triángulo de la Tristeza’, ‘Triangle of Sadness’), que pondrá en riesgo todo lo que la rodea.
Romy “está en la cima de su carrera y de su vida, pero está dispuesta a sabotearla porque está en una encrucijada, ¿Está siendo auténticamente fiel a sí misma? (…) El espectador sigue, lo que yo veo como una odisea emocional y sexual”, reflexionó la actriz en una conferencia de prensa.
Reijn aseguró que comenzó a escribir el guion de la película con la intención de hacer un “tributo a la autenticidad” con una pregunta en mente: “¿Es posible amar todas las partes de mí misma, no solo de las que estoy orgullosa, sino también las que me avergüenzan y que me hacen sentir nerviosa y defectuosa?”.
Inspirada en los thrillers de los años noventa y autores clásicos como Shakespeare u Eugene Gladstone O’Neill, Reijn busca aportar una visión feminista “única, fresca y moderna” a la sexualidad en cualquier género.
Romy no es capaz de expresar a su marido, encarnado por Antonio Banderas, que no la complace sexualmente desde hace años y siente culpa de las fantasías sexuales que la habitan. Samuel detecta eso en ella y juntos crean un lugar seguro para explorar su sexualidad, en una dinámica de poderes en la que la empresaria se somete a las órdenes de su joven subordinado.