El papa Francisco instó ayer a los sacerdotes católicos a protegerse de los grupos espirituales que avivan las divisiones políticas, durante su visita de un día a Córcega, la primera de un pontífice a la isla francesa del Mediterráneo.
En una cumbre sobre la religión en la zona del Mediterráneo y ante 15 mil personas, el pontífice advirtió contra las variedades de espiritualidad que “buscan el engrandecimiento propio alimentando polémicas, estrechez de miras, divisiones y actitudes exclusivistas”.