El frío de Buffalo fue tan intenso que el aire cortaba como cuchillos, pero el equipo y la gente de esta comunidad al norte de Nueva York no se dejó intimidar. En un escenario de cuento de invierno, con 50 centímetros que fueron removidos Highmark Stadium por un ejército de voluntarios, Buffalo tuvo una noche redonda al aplastar 35-10 a San Francisco y con ello conseguir la quinta corona del Este de la Conferencia Americana de forma consecutiva.
La noche en Buffalo fue un espectáculo congelado que quedará grabado en la memoria de sus fanáticos.
A pesar de las condiciones extremas, los Bills (10-2) lograron una victoria contundente por 35-10 sobre los San Francisco 49ers, asegurando su título divisional por quinta vez consecutiva, con cinco semanas aún por delante en el calendario. Este triunfo los convirtió en el cuarto equipo desde 2002 en lograr la corona divisional tan temprano en la temporada, y todos los equipos de este selecto grupo llegaron al Super Bowl. Buffalo no sólo celebró el título de la AFC Este, sino que también consolidó su estatus como uno de los favoritos en la conferencia.
En un partido donde la nieve parecía un personaje más, Josh Allen brilló con una actuación que solo él puede ofrecer. Lanzó para 148 yardas y dos touchdowns, además de conseguir 18 yardas por tierra con otra anotación. Pero no fue solo una victoria personal, fue un recordatorio de su liderazgo y capacidad para llevar a su equipo en momentos cruciales. En una jugada que parecía sacada de un partido de niños jugando en la nieve, Allen recibió un pase de Amari Cooper y, tras una rápida improvisación, corrió hacia la zona de anotación para completar un touchdown que celebró como un niño disfrutando del juego.
James Cook, por su parte, también dejó su huella en el juego, corriendo para 107 yardas y sumando una anotación, que incluyó una espectacular escapada de 65 yardas. La defensa de los 49ers, que había sido una de las mejores de la liga, no encontró respuestas ante la ofensiva de los Bills. San Francisco sufrió su tercera derrota consecutiva, mientras los Bills extendieron su racha a siete victorias seguidas.
