Las autoridades de la megalópolis oriental china de Shanghái implementaron la «estrategia» de prohibir los disfraces en Halloween evitar que se conviertan de nuevo en una expresión de protesta o sátira política, como sucedió en 2023.
En el primer Halloween sin restricciones anti-covid en Shanghái, los jóvenes de la ciudad hicieron de sus disfraces una muestra de su descontento, apuntando de nuevo a la tensión subyacente entre este espectro demográfico, afectado por la ralentización económica y un mercado laboral incapaz de absorber a millones de egresados universitarios cada año, con cifras récord de paro juvenil.