El primer ministro libanés, Najib Mikati, denunció la «peligrosa» escalada israelí y reiteró que el Líbano no quiere guerra, en medio de la creciente tensión tras los asesinatos del máximo comandante de Hezbolá, Fuad Shukr, y del líder político de Hamas, Ismail Haniyeh.
«Nos estamos enfrentando a una escalada israelí sistemática y peligrosa, de la que en las últimas horas hemos visto algunas caras sangrientas. Por eso, reafirmamos el derecho a defender nuestra tierra, soberanía y dignidad por todos los medios posibles», dijo en un discurso con motivo del Día del Ejército.
Dos días después del bombardeo que el martes mató a Shukr y a otras seis personas a las afueras de Beirut, Mikati criticó que «ninguna señal» apunta a un cese de la «arrogancia israelí», pero insistió en que su país no está interesado en un conflicto abierto con el Estado judío.