Los iraníes votan este viernes en unas elecciones presidenciales sin un claro favorito y con solo un candidato reformista frente al dividido campo conservador. Cerca de 61 millones de ciudadanos están llamados a votar en uno de los 58 mil 640 colegios electorales repartidos por todo el país, desde el mar Caspio en el norte hasta el Golfo, en el sur.
Cuatro candidatos, todos hombres de más de cincuenta años, están en liza, después de que otros dos aspirantes, ultraconservadores, se retiraran la víspera de la contienda. Se estará eligiendo entre un grupo estrictamente controlado de cuatro candidatos leales al líder supremo en un momento de creciente frustración pública y presión occidental.
La elección coincide con una creciente tensión regional debido a la guerra entre Israel y los aliados de Irán, Hamás en Gaza y Hezbolá en el Líbano, así como una mayor presión occidental sobre Irán por su programa nuclear en rápido avance. Además, tuvieron que organizarse precipitadamente tras la muerte del presidente Ebrahim Raisi en un accidente de helicóptero el 19 de mayo.