Inés Gómez Mont es demandada por violencia familiar por su exesposo, Javier Díaz

Por si toda la polémica que ha rodeado su vida en los últimos años no fuera suficiente, dado que enfrenta varios casos ante la justicia mexicanoa, ahora Inés Gómez Mont fue demandada por violencia familiar por parte de su ex esposo, Javier Díaz, con quien tiene cuatro hijos, de 12 y 14 años.

De acuerdo con reportes de distintos medios nacionales, las autoridades de la CDMX esperan que la conductora Inés Gómez Mont presente a los cuatro hijos adolescentes que tuvo con su ex pareja, Javier Díaz.

Sin embargo, una juez concedió una suspensión provisional a cuatro hijos de Inés, con lo que evitará que sean sometidos a una valoración psicológica, que estaría a cargo de la Fiscalía General Justicia de la CDMX.

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México inició una carpeta de investigación en contra de Inés Gómez Mont, por su probable responsabilidad en el delito de violencia familiar. Esto luego de que su ex esposo, Javier Díaz, presentó una denuncia de hechos ante las autoridades.

Por su parte, la conductora de televisión promovió un amparo contra el juez que dio la orden de presentar a los cuatro hijos menores de edad de su primer matrimonio para su entrevista o valoración psicológica, según dio a conocer este día, el diario Milenio.

A su vez, una juez federal le otorgó a los cuatro hijos de Inés Gómez Mont una suspensión provisional, en aras de priorizar el derech y el bienestar de los cuatro menores, de 12 y 14 años.

«Es oportuno puntualizar que la pericial en materia de psicología, tendente a examinar a los menores víctimas, en su calidad de sujetos pasivos de un delito al ser valorados por un perito oficial, implicaría una revictimización o victimización secundaria, entendida como la suma de acciones u omisiones que generan un recuerdo victimizante (lo que normalmente sucede es que la persona recuerda y revive lo ocurrido en el momento del hecho delictivo) y que conllevan estados de ansiedad, estrés, angustia y malas relaciones interpersonales que afectan su vida cotidiana, con la consecuente vulneración del derecho al más alto nivel de salud mental del niño o de la niña, ello es así, porque se sometería a la repetición de rememorar la experiencia traumática, lo cual debe evitarse», argumentó la juzgadora.

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