El Centro de Innovación e Integración de Tecnologías Avanzadas (CIITA) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) seleccionó el trabajo que procesa botellas de plástico en filamento para impresoras 3D diseñado por Luis Ignacio Cortés Castro, alumno de la carrera de Mecatrónica.
Rubén Acosta Estrada, coordinador de Innovación del CIITA, dijo que este NODESS surge tras la convocatoria que hizo el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) para que los centros educativos detonen hacia sus entornos proyectos de economía social y solidaria.
Los NODESS son una estrategia que ayuda al cumplimiento de los cinco objetivos del Programa de Fomento a la Economía Social, al generar la integración de una red de alianzas territoriales conformadas por al menos tres actores diferentes.
Los integrantes de esta alianza son instituciones académicas, gobiernos locales y Organismos del Sector Social de la Economía (OSSE).
El objetivo de los NODESS es desarrollar ecosistemas de economía social y solidaria en sus territorios, a través de los cuales se propongan, diseñen e implementen soluciones territoriales a necesidades colectivas.
Acosta Estrada dijo que como CIITA se dieron a la tarea de buscar aliados estratégicos, como el Centro de Inteligencia Artificial, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, así como la Sociedad Cooperativa de Consumo de Desperdicios Industriales (SOCODIN), para conformar una alianza que impulsará el proyecto estudiantil de la UTPN.
Explicó que se vieron varias opciones en otros centros educativos, pero en virtud a la solidez y el prestigio de la Universidad Tecnológica Paso del Norte, así como la innovación del trabajo de sus estudiantes, fue que se decidieron por este proyecto.
El prototipo consiste en deslizar una botella, que ha sido pasada por un proceso de limpieza y alisamiento, y posteriormente a un sistema de navajas que son activadas por motores hasta disminuir la pieza completa a una larga tira.
Dependiendo del grosor de la botella se programa el equipo a una temperatura de 180 grados centígrados para que el corte sea fluido, posterior a ello se le da un segundo tratamiento para que el filamento tenga las dimensiones que las impresoras 3D requieren.
La máquina cuenta con una placa Arduino y una interfaz con las que se envían impulsos a un transistor y activa un relevador, lo que permite controlar mejor el proceso.