El exseleccionador Li Tie, en prisión provisional por corrupción, admitió haber pagado cerca de 400 mil euros (unos 435 mil dólares) para garantizarse el puesto, un ejemplo más de las corruptelas que invaden el futbol chino y contra las que Pekín dice luchar.
En una confesión en un documental emitido por la televisión pública CCTV el martes por la noche, el técnico de 46 años reconoció también que había participado en el amaño de resultados cuando era entrenador de clubes.