Óscar Jiménez resistió bajo la sombra de Agustín Marchesín y de Guillermo Ochoa los últimos cinco años. Esperó el momento que hoy goza: ser el principal portero del América.
En septiembre de 2022, previo a la participación de las Águilas en la Leagues Cup, Óscar defendía su convicción: «No voy a dejar de insistir. No es fácil no tener regularidad”.
Con la oportunidad de su vida en los guantes, Jiménez no quiere que la presión lo rebase como sucedió con algunos de sus antecesores que también picaron piedra desde la banca.
En los últimos 20 años, cancerberos como Ricardo Martínez, Sebastián Saja y Hugo González, no lograron consagrarse, pero si alguien sabe lo que es cargar con esa responsabilidad, ése es Armando Navarrete.
«Jugar en el América es un sueño, también un compromiso grande y muy fuerte, no se puede fallar. El entorno te hace saber dónde estás parado cuando no eres de las fuerzas básicas”, destacó en charla con Excélsior.