Existe un amor intacto entre Paraguay y Gerardo Martino, un viejo amor que no se borra ni se marcha. Martino fue más feliz con ellos que con su paso en el Tri.
Julio César Cáceres, quien fue uno de sus jugadores en la épica camada paraguaya que llegó a los cuartos de final de Sudáfrica 2010, tiene varios puntos de encuentro.
Recuerdo cuando en el bus pasábamos una zona de mercados en Asunción para ir al estadio y la gente se arremolinaba vitoreando su nombre”.
En su alocución hay un tono de sentimentalismo siendo que Cáceres siempre fue un defensa aguerrido, “porque con el Tata en realidad uno se sentía en familia, las concentraciones eran amenas, tranquilas y respetuosas, en ese sentido quizá sigan siendo así y tenga más el cariño de los jugadores mexicanos que de los aficionados”.
Y es que Martino no ha tenido decisiones acertadas para caer en el corazón de los aficionados, pues no pasa temporadas largas en México ni tampoco ofrece conocer su personalidad ya que sólo habla en conferencias o tras un partido. En general, la relación con los fanáticos es fría y distante y así han pasado tres años y medio sin que se conozcan unos a otro.