Anapra: a merced del DHIAC, la ineficiencia y la corrupción de la JMAS Juárez

Fuera de Libreta

Por: Armando Navajas

Asentada en el poniente de Ciudad Juárez, cerca de lo que ahora es una privilegiada zona industrial ubicada a pocos metros del puente internacional Jerónimo – Santa Teresa en la llamada ‘ciudad del futuro’, la región de Anapra siempre ha sido uno de los asentamientos más olvidados y maltratados por las tres esferas de gobierno, aunque en cada elección se convierte en una lucrativa moneda de cambio electoral.

La historia de sus primeros habitantes es una clara muestra de esa pobreza extrema que define la realidad social de este país, en la que muchos seres humanos fueron capaces de resistir todo tipo de adversidades en medio del llamado ‘boom maquilador’ de finales de los ochenta: hambre, enfermedades, frío extremo y un calor infernal que cada verano es más insoportable por la falta de agua potable.

Ciertamente, los primeros habitantes de Anapra llegaron de las regiones más pobres de México a este pedazo de desierto chihuahuense, invadiendo predios inhabitables y sobreviviendo inviernos y veranos intensos en casas de cartón infestadas de suciedad, víboras y alacranes, pero aún así, las autoridades en turno siempre vieron la manera de proveer los servicios más elementales hasta ese lugar, especialmente el agua.

Hoy, casi cuatro décadas después, en Anapra hay pavimento y carreteras, servicios públicos, alumbrado, centros comerciales, escuelas públicas y hasta una universidad (UTPN), pero en los últimos dos años el mayor reto ha sido el acceso al llamado ‘vital líquido’, donde la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) ha demostrado ser una de las dependencias más ineficientes y con mayor corrupción y pésima imagen en el gobierno estatal.

Este verano quedó bien demostrada esa realidad, así como la falta de sensibilidad y de escrúpulos del actual titular de la JMAS, Sergio Nevárez Rodríguez y otros funcionarios de esa descentralizada, como el director técnico, Ramiro Carlos Meza de Ochoa, quienes han sido incapaces de atender y resolver una de las demandas más sentidas del poniente de Juárez.

Para entender lo que pasa en la JMAS, es necesario señalar que en la transición de gobierno entre el ex gobernador Javier Corral y la actual mandataria estatal María Eugenia ‘Maru’ Campos, la Junta de Aguas no hizo cambios sustanciales, y por el contrario, sigue bajo el control operativo y político de uno de los panistas más encumbrados y perversos de la entidad: Oscar Fidencio Ibáñez Hernández.

Pero lo que usted no sabe apreciable lector, es además de ser el representante personal de la gobernadora Maru Campos en Juárez, Óscar Ibáñez sigue siendo el presidente del Consejo de Administración de la Junta Central de Agua, así como de la Asamblea General de Usuarios, y por ende, es quien quita y pone a su antojo a funcionarios afines a otros intereses ajenos al Gobierno del Estado dentro de las juntas municipales, como es el caso de Nevárez en Juárez.

Y es que el profesor universitario que también cobra jugosas quincenas en la UACJ, es nada menos que uno de los líderes de mayor peso e influencia a nivel estatal dentro de la cofradía de corte ultraderechista denominada: Desarrollo Humano, Integral y Acción Ciudadana, mejor conocido como DHIAC, derivada del YUNKE, de la cual daremos cuenta y detalles exclusivos en nuestra la siguiente entrega de ‘Fuera de Libreta’, en dos semanas más.

Así las cosas, la Junta de Aguas de Juárez no es dirigida por un espíritu de servicio público y bien común, sino por intereses políticos oscuros y ajenos a la misión fundamental de esa descentralizada, cuyos principales operadores han sobrevivido en las últimas dos administraciones, pese a que se esperaba una purga de corralistas, empezando por el mismo Ibáñez, quien ya va por su séptimo año en la nómina estatal.

Todo lo anterior permite entender con mayor claridad cómo la JMAS está operando con una visión más clasista y empresarial y por encima de los intereses del actual gobierno estatal, ya que sí hay agua disponible en el poniente de Juárez, pero ésta tiene como prioridad y destino final los nuevos desarrollos industriales ya mencionados.

Tal es el caso de la compañía taiwanesa Foxconn, calificada como la máxima productora mundial de componentes para computadoras, tablets y smartphones, y con el privilegio de contar con su propia mini ciudad dentro de un moderno parque industrial, que además de viviendas, tiene tiendas comerciales y hasta iglesia.

Una fuente de primer nivel de la Comisión Nacional del Agua con amplia experiencia en temas hídricos, reveló a Fuera de Libreta que la única razón por la cual existe uno de los parques industriales más modernos del país a pocos metros del puente internacional Jerónimo – Santa Teresa, es precisamente por los estudios de accesibilidad al vital líquido.

Nos reveló también que la JMAS inició hace unos meses la construcción de una obra multimillonaria llamada ‘Acuaférico’ que atraviesa toda la Sierra de Juárez a través del Periférico Camino Real, pero con el objetivo bien claro de abastecer a la ‘ciudad del futuro’, así como otros desarrollos industriales que tienen en su cartera apellidos como Vallina, Martínez y Murguía, entre otros.

Nuestra fuente asegura que si no hubiese agua en esa región de esta abandonada frontera, simplemente no existiría ese moderno desarrollo industrial, así como la moderna infraestructura a su alrededor, entre la que se incluye por cierto, una moderna planta tratadora de aguas de la JMAS, ubicada precisamente en Anapra, aunque resulta obvio quienes son los beneficiarios finales. Así de simple.

Esta realidad es bien conocida por el alcalde de Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, quien además, durante su militancia como líder panista fue uno de los principales opositores de los grupos del DHIAC en Chihuahua.

Por este motivo, así como por las miles de quejas de los habitantes de Anapra, el edil juarense tomó la decisión de entrar a la guerra del agua y confrontar al también dhiaco Sergio Nevárez, llevando agua en pipas del municipio a las dolidas familias que se quejaban amargamente de la pésima calidad del suministro que reciben, pese a que muchos de ellos son usuarios registrados que pagan mensualmente su recibo.

En opinión de la diputada federal de Morena, Susana Prieto Terrazas, lo que está pasando en Anapra solamente demuestra la reconocida ineficiencia de la JMAS, cuyo director de Comunicación Social, Daniel Ernesto Valles Vargas, ahora pretende engañar a los medios informativos al asegurar que la descentralizada “ha distribuido más de 11 millones de litros de agua entre los residentes de ese sector”.

La mentira contada por el ex pastor evangélico Daniel ‘El Transas” Valles es de tal magnitud, que según nuestra fuente experta en el tema, se necesitarían 2 mil 200 viajes de igual número de pipas, lo cual simplemente resulta inverosímil y constituye otra falta de respeto a la inteligencia de los colegas periodistas, así como una ofensa vil para miles de familias que viven en Anapra.

Otro dato relevante sobre la pésima operación de la JMAS Juárez, es que el actual director técnico, Ramiro Carlos Meza de Ochoa, también impuesto por Óscar Ibáñez en enero de 2021, pero además, dicho funcionario cuenta con un negro historial en la materia, ya que durante su estancia en un cargo similar en Monterrey, Nuevo León, dejó un desastre igual o peor al que ahora se vive en esta frontera, donde las quejas y mentadas contra la JMAS están a la orden del día.

Y como si todo lo anterior no fuera suficiente, en Fuera de Libreta tuvimos acceso a una encuesta interna ordenada por la gobernadora Maru Campos con motivo de su Primer Informe de Gobierno, en la que además de obtener un penoso 39 por ciento de aprobación entre los aguerridos ciudadanos de esta frontera, esos mismos juarenses consideran que la dependencia más deficiente, menos confiable y con mayores quejas de corrupción en el Gobierno del Estado, es precisamente la Junta Municipal de Agua y Saneamiento, que hasta ahora sigue bajo el control absoluto del DHIAC. Así las cosas.

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