Un grupo de científicos logró detectar por primera vez desde el espacio una importante fuga de metano, un potente gas de efecto invernadero, procedente de una instalación en alta mar.
El descubrimiento, hecho público en un estudio reciente, es un paso más en el arsenal tecnológico que permite identificar desde el espacio las fuentes del gas que se escapa de la industria de los combustibles fósiles.
El sector de los combustibles fósiles emitió cerca de 120 millones de toneladas de metano en 2020, casi un tercio de las emisiones de la actividad humana, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que estima que la fuga de este gas dañino para el clima podría evitarse fácilmente.
El nuevo estudio, publicado en la revista Environmental Science and Technology Letters, identificó por primera vez una fuga procedente de una plataforma de producción de petróleo y gas en el Golfo de México que liberó unas 40,000 toneladas durante 17 días en diciembre.
La plataforma, cerca de Campeche, en el sur de México, es una de las más grandes del país.