Ángel Sepúlveda, historias con el América

La policía lo sacó de Coapa a punta de pistola. Años después, Ronaldinho le dio las gracias por ayudarlo a anotar

Hay dos momentos en la vida de Ángel Sepúlveda que tienen que ver con el América. Uno fue sobrecogedor, el otro aún lo emociona.

En su memoria emerge el 8 de octubre de 2008, cuando conoció por primera vez las instalaciones de Coapa en un partido contra las inferiores de las Águilas. “Nací en Apatzingán, Michoacán y no había equipo, así que tuve que irme a Nueva Italia, a 30 kilómetros”.

Ahí pasó las pruebas para pertenecer a los Mapaches de la Segunda División, sin saber que el dueño de este equipo era Wenceslao Álvarez, que mantenía nexos con la organización de narcotráfico La Familia Michoacana y el cártel de los Zetas. Aún es demasiado fuerte el nudo que le aprieta la garganta.

Estuve desde la fundación de los Mapaches, hasta el último día que fue ése en el Club América. Me acuerdo que estaba en el autobús pasándome por celular unas fotos con jugadores del América cuando se escuchó el revuelo de que la policía se estaba llevando al cuerpo técnico y al dueño”.

El director era el exportero Homero Pasallo y fue detenido ese día sin culpa alguna cuando la Subprocuraduría de investigación especializada en delincuencia organizada (SIEDO) junto a la Agencia Federal de Investigación (AFI) aprehendieron a Wenceslao Álvarez.

Me sorprendí de lo que estaba sucediendo e iba para abajo del autobús cuando justo en el último escalón me apuntan a la cara y me dicen ‘súbete que ya se los cargó la chingada’. Nos ordenaron tirarnos en el pasillo del autobús. Al amanecer nos llevaron a la estación de autobuses en Observatorio y nos mandaron de regreso a Morelia, al menos con el boleto pagado porque yo no traía un peso encima. Sentí que se acababa el futbol para mí”.

GRACIAS SEPÚ, GRACIAS

Pero Sepúlveda dedico sus esfuerzos a continuar. Debutó en Morelia, pasó por Atlante y Toros Neza hasta llegar a los Gallos en donde coincidió con el astro Ronaldinho Gaucho cuando estaba la gestión de GRUPO IMAGEN.

Inolvidable para el Club Querétaro será la tarde dominical de abril de 2015 cuando Ronaldinho en apenas ocho minutos marcó dos veces para sellar una goleada histórica de 4-0.

Cuando llegó al club de inmediato se notó su destreza. Recuerdo una ocasión en que después de entrenar, practicamos tiros libres, el portero era Gil Alcalá y el que anotaba repetía. Ronaldinho metió uno, dos, tres, cuatro y así se siguió, no nos dejaba disparar a ninguno, mejor se fue por su voluntad”.

Pero la que cuenta con fervor y que promete relatará a sus nietos, fue cuando Ronaldinho le dio las gracias en un campo de juego.

Cuando anota su segundo gol al América y corre al tiro de esquina a celebrar, llegó con él y me dice ‘gracias, Sepu, Gracias’, no sabes el estremecimiento que sentí. Cuando iba de regreso al medio campo pensé, ¡ya está! conseguí algo maravilloso”.

El Estadio Azteca, en su mayoría con americanistas, despidió con aplausos a Ronaldinho quien confesó a sus compañeros que eso le había pasado sólo en el estadio Santiago Bernabéu, “haber sido parte de ese éxito en su vida me llena de emoción”.

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