De acuerdo a múltiples análisis y proyecciones dentro de la liga, la reconstrucción de un equipo con récord perdedor a un contendiente de postemporada en promedio necesita de cuatro temporadas, aunque siempre existe una excepción para confirmar la regla.
Los Bengalíes de Cincinnati, un equipo con la reputación de un mero animador de la NFL para equilibrar el calendario y propinar algunas derrotas dolorosas a organizaciones potencia, se convirtió el domingo en la franquicia con el peor récord (6-25-1), en las dos temporadas previas a capturar un viaje al Super Bowl.
En 2019 culminaron con dos ganados y 14 perdidos para unirse a los 49ers de 1981 y a las Panteras de 2003 como los únicos conjuntos en disputar el juego por el trofeo Vince Lombardi dos años después de ser el peor equipo de toda la NFL.
Fue precisamente él último lugar en los standings, lo que les permitió en el Draft del año pasado seleccionar con el primer pick general a su hoy quarterback franquicia Joe Burrow.
Con el joven de 25 años al frente de la ofensiva, Cincinnati cambió el rostro familiarizado con la derrota al de un equipo ganador. los Bengalíes desafiaron su idiosincrasia para echar abajo la sequía de 31 años sin victorias en postemporada. También ganaron el primer partido de playoffs fuera de casa en toda su historia.
Los Bengalíes superaron las probabilidades gracias al juego de Burrow, los receptores Ja’Marr Chase , Tee Higgins , Tyler Boyd y el corredor Joe Mixon , y una defensa capaz de apresurar a quarterbacks veloces, al mismo tiempo que crea grandes jugadas en grandes momentos.