Rubén Iñiguez, Secretario General Adjunto del Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores y delegado del Capítulo Jalisco ha sido víctima de un grave atentado a sus bienes
Desde distintas tribunas y en diversos momentos, el Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores A.C. ha señalado la grave ola de violencia que azota a los mexicanos, de la cual los periodistas no estamos exentos y por la cual también nos convertimos en víctimas.
En un clima de inestabilidad, donde priva la impunidad y no se respetan los derechos de los ciudadanos, donde el estado de derecho es una expresión que parece letra muerta, quienes perpetran actos de intimidación o violentan la libertad de expresión encuentran el perfecto caldo de cultivo para no ser castigados por sus hechos delictivos.
Jalisco no es la excepción.
El compañero Rubén Iñiguez, Secretario General Adjunto del Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores y delegado del Capítulo Jalisco ha sido víctima de un grave atentado a sus bienes; manos criminales intentaron incendiar su automóvil en un vano intento por acallar sus críticas y señalamientos.
La madrugada del martes 8 de diciembre, un criminal que se amparó en las sombras de la noche intentó, con relativo éxito, incendiar su vehículo y aunque generó daños parciales a la unidad automotriz al introducir una estopa encendida en el tanque de gasolina del automóvil, fue la oportuna intervención de los vecinos determinante para que la unidad no estallara.
Este tipo de actos se enmarcan en lo que comúnmente denominamos “un mensaje de advertencia” para Rubén Iñiguez, mismo que deriva de sus publicaciones y los señalamientos que realiza en sus espacios informativos en “La Voz de Jalisco” y “Tráfico ZMG”; por ello externamos una rotunda condena a este acto infame de intimidación que lastima a todo el gremio periodístico.
El Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores no solamente se solidariza con nuestro amigo y colega, Rubén Iñiguez, también exige a las autoridades federales y estatales brinden las medidas cautelares correspondientes para que la integridad física y de los bienes del periodista, sean resguardados.
Les exigimos una investigación a fondo para ubicar y detener a los responsables materiales e intelectuales de esta agresión, en el entendido que la omisión, el desapego a los procesos y la falta de resultados en la investigación la consideraremos como un acto de complicidad por parte de las autoridades.
Debemos destacar que Jalisco y su gobierno estatal se han distinguido precisamente por su falta de resultados y el poco aprecio que tienen a la libertad de expresión.
Solamente en los primeros seis meses del año en curso se han documentado 406 agresiones en contra de periodistas en todo el país, esto representa un incremento del 45 por ciento con respecto al año interior y solamente se considera la mitad del 2020.
Al gobernador de Jalisco, C. Enrique Alfaro le exigimos atienda esta situación porque su gobierno se ha vuelto tolerante de estas agresiones y por ello lo hacemos responsable de salvaguardar la vida, los bienes y la integridad física de Rubén Iñiguez y de todos los periodistas en Jalisco.
Solicitamos a la Fiscalía General de la República, a través de su unidad especial para atender delitos contra la Libertad de Expresión también asuma la parte de responsabilidad que le corresponde y establezca medidas cautelares para garantizar que Rubén Iñiguez pueda continuar con su labor informativa, sin restarle un ápice a su línea editorial.
Al gremio de periodistas y comunicadores de Jalisco solicitamos su solidaridad y respaldo para con nuestro colega, en el entendido de que este tipo de sucesos nos afectan a todos quienes ejercemos el periodismo.
Al pueblo de Jalisco le solicitamos sea coadyuvante y vigile que sus autoridades cumplan con la función legal de preservar el estado de derecho, que se lleven a cabo con diligencia y profesionalismo las investigaciones para resolver de forma ágil y contundente este caso; que rechace la violencia como una forma de acallar expresiones críticas y que no permitan prospere la impunidad.
No pedimos más, pero no aceptamos menos.