Una semana después de la catástrofe desencadenada por una erupción volcánica y un tsunami, la población de Tonga se mostró determinada a reconstruir su país donde, a pesar de las complicaciones logísticas y sanitarias, empezó a llegar ayuda humanitaria.
La fuerte erupción del volcán Hunga Tonga Hunga Ha’apai el pasado 15 de enero desencadenó un tsunami que causó estragos por todo el archipiélago, afectando a más de 80% de sus cien mil habitantes, según Naciones Unidas.
«Queremos quedarnos aquí en nuestro país, porque esto es lo que nos identifica como tonganos. Queremos reconstruir nuestro país, unirnos y superarlo”, afirmó la periodista Marian Kupu.
La ceniza tóxica ha contaminado las reservas de agua, los cultivos quedaron destruidos y al menos dos aldeas han sido borradas del mapa.