El papa Francisco denunció este domingo el «naufragio de la civilización» que abandona a los migrantes, en un discurso en el campo de refugiados de Lesbos, cinco años después de su primera visita a esta isla griega, emblema de la crisis migratoria.
«El Mediterráneo está convirtiéndose en un cementerio frío sin lápidas […] Se lo ruego, ¡detengamos este naufragio de la civilización!», lanzó el sumo pontífice ante los migrantes, en el segundo día de su visita a Grecia.
En el campamento de Mavrovouni, que sigue albergando a unos 2 mil 200 solicitantes de asilo en condiciones muy difíciles, fue cálidamente acogido por los migrantes, que se congregaron entre los contenedores y las tiendas de campaña del lugar.
El pontífice argentino saludó y bendijo a las familias presentes, entre ellas numerosos niños.
«Welcome!», «We love you!», se podía escuchar.
Francisco abrazó a un niño, y se dirigió a un grupo de refugiados: «Intento ayudarlos», les dijo.
Luego, bajo una tienda de campaña, el Papa, visiblemente emocionado, escuchó los cantos alegres de una coral de exiliados y lamentó que el Mediterráneo, «cuna de tantas civilizaciones» sea hoy «como un espejo de la muerte».