Terminó el reinado del Cruz Azul que al menos evitó ver de frente el desconsuelo de sus aficionados.
Mientras que el Monterrey también acabó con la maldición del repechaje y en su cuarta aparición en esta fase finalmente la superó.
Juan Reynoso decidió volver a moverle a su equipo y por enésima vez en el torneo alineó a un once distinto a su partido inmediato anterior.
Esta vez, cuando defendía su corona de campeón y buscaba un boleto para los cuartos de final optó por la cautela y decidió nutrir su línea defensiva en la que alineó a cinco jugadores. Mientras que en la ofensiva volvió a guardar a su hombre gol, Jonathan Rodríguez y le dio la confianza al juvenil Santiago Giménez.
Así, sin gente ni suficientes armas a la ofensiva el Cruz Azul inició el partido.
Quizá por ello el Monterrey, que parece tenerle tomada la medida a La Máquina, se adueñó del juego desde el silbatazo inicial.
Pero el futbol es raro y al hombre más leal y longevo en la institución cementera le tocó el papel de villano, pues Julio César Domínguez primero cometió una mano que terminó en penal y gol de Rogelio Funes Mori y posteriormente perdió la marca de Maximiliano Meza que representó el 0-2.