Un brote masivo de COVID-19 en la estación de esquí de Ischgl fue encubierto y luego minimizado por los funcionarios austriacos para salvar la lucrativa temporada de primavera del año pasado, se dijo este viernes en un tribunal de Viena.
La Asociación de Protección al Consumidor (VSV), un grupo que encabeza la acción legal, alega que las fallas convirtieron al resort en uno de los primeros “superpropagadores” del virus en Europa, ya que 11 mil turistas de todo el continente esquiaron, bailaron y bebieron sin darse cuenta del brote antes de regresar a casa y llevarse el COVID-19 con ellos.
El primer proceso civil del tribunal regional, iniciado por la viuda y el hijo de un hombre que murió después de estar en Ischgl, se llevó a cabo en un salón de baile del Tribunal Supremo de Viena para acomodar a los medios de comunicación.
Su caso, que busca 100 mil euros (118 mil dólares) en compensación, es una prueba importante para otras 14 demandas pendientes presentadas por víctimas o sus dependientes sobrevivientes, según VSV. También puede ser un indicador de si los gobiernos pueden ser responsables de las deficiencias en su respuesta a los brotes en todo el mundo. Un tribunal de París abrió a principios de este mes una investigación sobre si el exministro de salud francés minimizó los riesgos del coronavirus en la etapa inicial de la pandemia.
VSV dijo que inicialmente buscó una mesa amistosa de discusión con el gobierno austriaco en nombre de sus 6 mil denunciantes hace un año, pero que se vio obligada a emprender acciones legales cuando no obtuvo respuesta.
El fiscal del estado rechazó la responsabilidad, argumentando que no estaba claro dónde fue infectado el demandante y que la legislación nacional sobre epidemias no permitía reclamos individuales, informó el periódico Der Standard desde la audiencia. El juez aplazó la audiencia el viernes y emitirá un veredicto por escrito, señaló.
El proceso judicial sigue a un informe de un panel de expertos austriacos en octubre pasado. Llegaron a la conclusión de que las autoridades nacionales deberían haber cerrado la estación, conocida como la Ibiza de los Alpes por su salvaje escena apres-ski, cuatro días antes de lo que hicieron en marzo de 2020 porque los riesgos de la propagación eran evidentes. El posterior mal manejo de una evacuación provocó un caos que pudo haber acelerado la propagación del virus, dijeron.