El último informe de inteligencia de Estados Unidos sobre los orígenes del COVID-19 no es concluyente, según un funcionario familiarizado con él, un resultado que hará poco para sofocar el debate sobre si el virus se propagó a los humanos a partir de animales o se filtró de un laboratorio en Wuhan.
El presidente Joe Biden recibió el informe esta semana después de pedir un examen más profundo de los orígenes de la pandemia. La Casa Blanca se está preparando para publicar una versión sin clasificar en los próximos días, dijeron funcionarios.
El informe no apunta directamente a una fuente como el origen probable del brote, haciéndose eco de evaluaciones de inteligencia anteriores, comentó uno de ellos.