China permitirá ahora a los padres de familia tener tres hijos, en un intento por evitar una ‘crisis’ demográfica que le prive de sus metas de crecimiento económico e influencia geopolítica.
La legislatura nacional, de corte básicamente ceremonial, enmendó la Ley de Planificación Familiar como parte de un intento de varias décadas del Partido Comunista de decidir el tamaño de las familias de la nación, acorde con sus lineamientos políticos. La reforma se aplicó apenas seis años después de la reforma anterior.
Desde la década de 1980, China sólo permitió a las familias tener un hijo o de lo contrario sufrirían amenazas de multas o pérdida del empleo. La norma condujo a una gran cantidad de abusos, incluso abortos forzados. El carácter machista y patriarcal de la sociedad china llevó a que muchas familias mataran a sus descendientes cuando eran bebés niñas, por lo cual hoy en día existe un enorme desequilibrio en la proporción de ambos sexos.
Las normas fueron relajadas por primera vez en 2015, cuando se permitió a las parejas tener dos hijos, ante la evidencia de las consecuencias que tendría una tasa de natalidad negativa. El mayor temor es que China envejezca antes de alcanzar una situación de prosperidad.