El presidente de Rusia, Vladimir Putin, autorizó personalmente una operación secreta de una agencia de espionaje para apoyar a Donald Trump en las elecciones estadounidenses de 2016, de acuerdo con documentos filtrados del Kremlin.
Esto, debido a que la victoria de Trump en la Casa Blanca ayudaría a asegurar los objetivos estratégicos de Moscú, entre ellos la agitación social en Estados Unidos y por lo tanto un debilitamiento de la posición negociadora del presiente estadounidense.
Durante una sesión a puerta cerrada del consejo de seguridad nacional de Rusia, llevada a cabo el 22 de enero de 2016, donde estuvieron presentes Putin, sus jefes de espionaje y ministros de alto rango, se ordenó a tres agencias de espionaje apoyar a Trump en un decreto que llevaría la firma del presidente ruso, según The Guardian.