Estamos viendo lo peor del discurso político: el presidente Andrés Manuel López Obrador, haciendo referencia al nazismo; el subsecretario en materia de salud Hugo López-Gatell Ramírez, haciendo referencia a una conspiración golpista por parte de los padres de los niños con cáncer; y la diputada María De Los Ángeles Huerta Del Rio, haciendo referencia al excelente manejo nacional de la pandemia. Unos mienten y otros ignoran, pero todos dañan.
Primero, el presidente Andrés Manuel López Obrador, durante una de sus conferencias mañaneras, dijo textualmente: “La clase media manipulada fue la que permitió el fascismo de Hitler”. El presidente se equivoca absolutamente, en el fondo y en la forma. En el fondo se equivoca porque a la clase media de la Alemania NAZI no la manipulaban, la fusilaban por pensar diferente. Y cualquiera que sabe un poco de historia, repudia esos hechos. Los mismos alemanes sienten vergüenza y dolor de la situación vivida por las generaciones actualmente mayores de 30 años quienes todavía alcanzaron a vivir directamente, o por sus padres y abuelos, las consecuencias de nazismo, teniendo en cuenta que el muro de la vergüenza, que dividía a la Alemania socialista de la Alemania capitalista, cayó apenas en 1989. En la forma se equivoca porque el fascismo fue un movimiento social totalitario surgido en la Italia de Benito Mussolini, no en la Alemania de Adolfo Hitler.
Segundo, el subsecretario en materia de salud Hugo López-Gatell Ramírez, durante un programa de televisión, dijo textualmente: “¿Por qué si los niños de México no tienen medicamente, los niños que padecen cáncer, por qué solo vemos a 20 personas haciendo manifestaciones? Ahí es donde uno empieza a darse que son grupos fomentados, fabricados, desconozco si están en una nómina, o les dan otro tipo de prebendas, o quizás los medicamentos, mismos que no han escaseado. Este tipo de generación de narrativas de golpe, a veces se ha conectado en la historia de Latinoamérica con golpe, golpe… golpe de Estado”. El subsecretario se equivoca absolutamente en el fondo y en la forma. En el fondo se equivoca porque no hay nadie que ponga a la política por encima de la salud de un hijo, solo una persona miserable lo haría. En la forma se equivoca porque para la realidad de cada ciudadano, un golpe de Estado tiene infinita menos importancia que la salud de un ser amado.
Tercero, la diputada María De Los Ángeles Huerta Del Rio, durante una intervención de la Comisión Permanente, dijo textualmente: “Defenderemos al doctor Gatell por el extraordinario papel que en este país está haciendo en el combate a la pandemia. Tenemos más del 25% por lo menos con una primera dosis. Por lo cual se rechaza por completo la tendenciosa, maniquea y mentirosa manera en que la oposición está manejando nuestro asunto con respecto a la pandemia”. La diputada se equivoca absolutamente en el fondo y en la forma. En el fondo se equivoca porque de acuerdo con el sitio ‘Our World In Data’ de la Universidad de Oxford, al 28 de junio, México tiene 23.8% de población vacunada con una dosis y 15% de la población completamente vacunada. En la forma se equivoca, porque todavía no va ni ¼ de la población completamente vacunada y de acuerdo con investigaciones científica, solamente la vacuna de Pfizer no necesita refuerzo por un largo periodo de tiempo, las demás necesitan refuerzo entre 8 y 12 meses, por lo que quienes recibieron sus vacunas primero, que no hayan sido de Pfizer, en unos meses más necesitarán el refuerzo y se empalmarán con quienes todavía no reciben ni siquiera una dosis, lo que generará un “cuello de botella” para recibir la vacuna; además los maestros, quienes recibieron la vacuna CanSino, la recibieron sin que hasta el día de hoy, la Administración de Medicamentos y Alimentos del gobierno de los Estados Unidos, la haya aprobado, pues solo reconocen a Pfizer-BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson/Janssen.
Por Gilberto Miranda Chávez.
Analista