George Clooney vuelve a estar en el centro de la conversación mediática tras el estreno de su nueva película Jay Kelly en el Festival de Cine de Nueva York. A sus 64 años, el actor ganador del Oscar asegura que, pese a poseer múltiples residencias de lujo y un patrimonio estimado en 500 millones de dólares, lleva una vida “normal” junto a su esposa, la abogada de derechos humanos Amal Clooney, y sus dos hijos.
La pareja Clooney acumula un patrimonio combinado de aproximadamente 550 millones de dólares, resultado de la exitosa carrera de George en Hollywood y el prestigioso trabajo legal de Amal en casos internacionales de derechos humanos. Su portafolio inmobiliario incluye una villa del siglo XVIII en el Lago de Como, Italia; una mansión del siglo XVII en Sonning Eye, Inglaterra; un condominio en Nueva York adquirido por 14,7 millones de dólares; y una finca vinícola en Provenza, Francia, valorada en 8,3 millones.
Pese a esta vida de lujo, George sostiene que sus rutinas cotidianas lo mantienen con los pies en la tierra. “Llevo a mis hijos al colegio todas las mañanas”, dijo durante la alfombra roja, al tiempo que reconoció que vive “mimado”, pero procura ocultar ese estilo de vida a sus gemelos de ocho años, Ella y Alexander.


