La comunidad migrante en Estados Unidos, una de las fuentes prioritarias de mano de obra en el país, encara con preocupación el Día del Trabajo que se celebra este lunes bajo una de las mayores represiones contra los migrantes irregulares, con redadas y deportaciones masivas e indiscriminadas.
“No habíamos visto un ataque tan frontal al trabajador migrante en décadas”, dijo a EFE Raúl Hinojosa, profesor de Estudios Chicanos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), que adelanta una investigación sobre el impacto de los operativos migratorios en la economía del país.
El catedrático no exagera en su opinión, un reciente informe del Pew Research Center, referente del estudio demográfico del país, encontró que de enero a junio Estados Unidos perdió 750 mil trabajadores debido a una reducción histórica de la población inmigrante en el país tras la implementación de la política migratoria del gobierno de Donald Trump.


